En una de las tantas tardes messengerianas, me encontraba hablando con Diana (la chica de " Una Cajetilla Acompañada De Un e-Mail Extraño") de cualquier cosa, total estábamos aburridos. Y nuestras conversaciones se expandieron por muchos días, hasta que entre jodas y frases picaronas nos dimos cuenta que los "muñekita" y "mi señor azucarado" tenían ya otros sentidos. Pero como todo tiene una historia, no podía permitir que se repita y es que no quería llegar a tener algo serio para después decirle que estaba confundido e inseguro y terminar por hacerle mierda el corazón. Entonces estremecí mi cuerpo hasta que estuviera totalmente seguro de que lo que quería era realmente estar con ella. La incertidumbre continuó hasta que en una reuna una amiguita muy "feliz conmigo" llamada Carla (una flaca que me presentó Alli en una de las escapadas en la naranja parrandera; es decir, su automóvil) me pintaba un cuadro muy tentador, pero eso no me importaba ; en otras palabras, no quería agarrar con ella, no quería que pasara nada porque en mi cabeza solo sonaba una sola palabra: Diana. Ahí estaba mi respuesta, la incertidumbre se había esfumado como el humo de mi cigarrillo, estaba más seguro que la corona de la reina de Inglaterra y la felicidad brotaba de mis mejillas. En ese trance evolutivo para decirle lo que sentía, Diego me dijo que tenía algo que contarme... me dijo que Diana había agarrado con César (un chul que pensaba era mi pata) - César era el ex de Diana y como todo ex guardaba las cenizas de su relación y al igual que un niño que no le interesa un juguete hasta que alguien juega con él, tomó poder sobre eso. Irónicamente César había salido con Diana para evitar que viera a un chul porque supuestamente yo estaba en planes con ella, pero terminó agarrando.- Sonreí, le dije a Diego: "haha que buena broma"... pero él no se reía y me decía que era verdad, ... (Silencio)... estaba asimilando la información adquirida, me senté prendí un cigarrillo, y poco a poco me daba cuenta de la situación. La gravedad de la tierra atraía hacia ella mis lágrimas que lentamente se iban llenando de ira, una ira que se argumentaba en César... Me levanté, salí de la casa de Diego, tenía que buscar a César y golpearlo. Obviamente diego quería estar presente, y nos fuimos en taxi (diego pagó), llegué a su parque a eso de las 10 ó 11 pm y ahí estaba, jugando lota con la gente del Owen. Mientras me acercaba no lo perdía de vista hasta que lo tuve cerca y el primer puñete interrumpió el deporte rey, 2 puñetes más se unieron a la causa hasta que Pedro (un simio de 200 kilos) me agarró diciéndome: "¿qué pasa?", yo solo atinaba a decir:" Traidor hijo de puta!", y como noté que toda su manada se había postrado entre César y yo más el inconveniente del simio que me agarraba decidí por marcharme, la pelea no podía continuar. En el trayecto hacía mi casa me daba cuenta que había perdido a un chul que pensaba era mi amigo y a la "muñekita" que tanto me gustaba...
martes, 8 de enero de 2008
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